futbol y violencia. otra historia sin fin.

Muchos, o casi todos deben saber que ayer jugo boca la semifinal por la copa libertadores.

Me sorprendió, la desesperación de hinchas de river por conseguir un televisor a la hora señalada para sentarse y seguir tan atentamente el partido, o quizás más atentamente que si jugara su propio equipo.

Me sorprendió, no, más que sorprenderme me preocupó ver festejar, gritar, aplaudir, agredir e insultar a quienes definían como bosteros a medida que se definía el partido en contra del equipo argentino.
La satisfacción en los rostros del los hinchas de river era como si hubieran ganado una batalla. Si, batalla. O una guerra, o una pelea. No un juego. Un juego en el que ni siquiera estaban jugando porque no jugaba river, jugaba boca.
Sabemos que en todos los juegos se gana y se pierde. Son las reglas, pero lo de ayer no era un juego.
En las guerras también se gana y se pierde, la diferencia es que el proceso es violento en cambio la idea, el objetivo, el proceso del juego, es el entretenimiento. Divertir.
Nada de eso percibí en la mirada de los hinchas de river, hablo de ellos porque es lo que vi ayer, pero lo mismo pasa cuando es river el que protagoniza un juego importante y boca disfruta en caso de derrota.
Es una ida y vuelta.
De hecho, como suele suceder, esta mañana amaneció la ciudad otra vez empapelada con afiches alusivos al resultado del partido de ayer.

Eso es violencia.
Esta forma de festejar es violenta.
La gastada, el chiste que se sustenta en el dolor del otro es una provocación. Incita a la violencia porque incita a la defensa reactiva del que se siente agredido.

Que contradicción ¿no?

Justo un día después del Congreso sobre prevención de la violencia en el fútbol que se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador.

Creo que la legislación puede ayudar, que la eficiencia de la justicia también, que lo operativos de seguridad vienen bien, pero la responsabilidad individual, sin dudas, es la clave.
Mientras el fútbol no se convierta en un espectáculo de jugadores profesionales donde perder y ganar sea una consecuencia natural y propia precisamente de las reglas del juego, la violencia en el fútbol siento que no se va a terminar.

Pobre el fútbol. Da la sensación que muchos depositan en él sus frustraciones, angustias y enojos, que lejos está del juego. El fútbol no tiene la culpa muchachos.

ASI FESTEJO RIVER




ESTO ES VIOLENCIA...

Y ESTO TAMBIEN

No hay comentarios.: